El niño zurdo

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Raquel Peisekovicius / Ensayo / Edamex 

198 $MXN / 122 págs. /   Donación

Tiempo de lectura de este proemio: 10 minutos 

ZURDOS DE TODO EL MUNDO 

El 13 de agosto es el día internacional de las personas zurdas. Yo soy zurda y me gusta que tengamos una fecha especial. Aunque nunca nadie se acuerda, es más, ni nosotros los zurdos estamos atentos a este día que tiene como fin, desde 1976, dar a conocer y ayudar a reducir las dificultades que encuentran las personas zurdas en una sociedad predominantemente diestra.

¿Qué le digo, querido lector imaginario, sobre esta condición que es hereditaria? Sí, ser zurdo tiene sus complicaciones, más de las que un diestro podría creer. La cosa con la zurdera es que nos dejan al ahí se va. Solitos tenemos que aprender a adaptarnos al mundo porque se cree que sólo es escribir con la otra mano. 

Hace unas semanas, Uma y yo pasamos por una calle que tiene una cajita de cristal donde uno puede dejar y tomar libros, ahí me encontré con El niño zurdo de Raquel Peisekovicius. Uy, me dije, es un libro viejo, tiene mi edad. Es de los ochenta. La portada hablaba por sí sola con su estética poco atractiva, peeeero, si algo he aprendido como lectora es que un libro no debe ser juzgado ni por su hechura ni por sus años. Así que luego luego me fui al índice, leí al azar un par de párrafos y me gustó lo que encontré ahí.  

Hay libros que caducan a los pocos años de nacidos, suelen ser libros tipo manuales de cómputo, temas de política que más que de política son de tendencia, libros de superación personal cuyos conceptos ya no son funcionales para las necesidades de hoy en día. Y aunque el libro del niño zurdo parecía no brindar valor informativo, descubrí que es un texto meramente pedagógico y, pese a tener más de 40 años de haber sido publicado por primera vez, propone algo que todavía falta; mirar a los niños zurdos y ayudarlos en sus quehaceres escolares porque, en efecto, parece que todo bien con nosotros los siniestros, pero le aseguro, querido lector imaginario, que no la pasamos tan a gusto en las escuelas como muchos papás creen.  

Zurdos en un taller de escritura creativa. Fue coincidencia que la mayoría escribiéramos con la izquierda.

QUÉ ES LA ZURDERA 

En México, se estima que el 10% de la población es siniestra y, por razones aún desconocidas, hay más zurdos hombres que mujeres. Ser zurdo no sólo es tener dominancia de la mano izquierda para escribir, sino el uso del lado derecho del cerebro para pensar y ahí, justo ahí, es donde radica toda la compeljidad.

La autora nos dice que parece simple solo escribir con la otra mano, la mano no normativa. Incluso he conocido a varias personas que les amarraban el bracito izquierdo al pupitre para obligarlo a escribir con la derecha provocando daños severos en el aprendizaje, la autoestima, en el lenguaje y en la creatividad. Esto me pareció muy interesante porque no sólo es escribir con una mano o con la otra, sino lo que pasa neurológicamente si nos vemos obligados a no seguir nuestra naturaleza. 

Si bien hacemos uso de todo el cerebro, los seres humanos nacemos con una dominancia por un hemisferio o por el otro, de ahí que ocupemos más un ojo que el otro, una mano o un pie. Los diestros se apoyan más en el hemisferio izquierdo que tiene que ver con las habilidades lógicas y racionales, el pensamiento deductivo, el procesar la información de manera secuencial, de acomodar los hechos mediante palabras, mientras que el hemisferio derecho, que tiene que ver con los zurdos, se encarga de procesar la información de manera paralela, se desarrolla en habilidades creativas y emocionales. Compensa con imaginación, intuición y señales no verbales lo lógico y lo lineal. 

Por ello es tan importante reconocer si una persona es diestra o siniestra, porque de ahí se debe partir para entender su forma de aprender, entender e interpretar el mundo que lo rodea y como insertarse en él.  

El cuaderno con el que todo zurdo sueña: el zuaderno. Tiene los renglones inclinados.

DOMINIO DIESTRO 

Ser diestro o siniestro no debería tener ninguna importancia, siempre y cuando las instituciones académicas y la sociedad en general tuvieran en consideración a ese porcentaje de zurdos que crece día con día. Es cierto, la zurdera es una minoría, incluso en Holanda, Bélgica, Irlanda, Inglaterra y Suiza donde, por alguna razón, hay mayor cantidad de zurdos. Sí, somos una minoría, pero no una rareza, todos tenemos un zurdo en la familia, un amigo, un colega, una pareja, un profesor, un artista, un vecino zurdo. Entonces, ¿por qué todo sigue siendo tan absolutamente diestro?  

Se cree que el dominio diestro fue instituido durante la edad de bronce (3000- 1000 A.C.) con la invención del arado, la carreta, la escritura y la arquitectura. Se puede ver con las primeras herramientas que ya tenían una tendencia para ser usadas con la derecha.  

Herramientas paleolíticas cuya tendecia ya iba hacia la derecha.

UN POQUITO DE HISTORIA 

Como sabemos, todo arranca con la religión y el sistema binario del bien y el mal que no permite que haya nada en medio más que el limbo. Así como lo blanco es bueno y lo negro es malo, el cielo es bien ganado para los que obran bien y el infierno para los que se portan mal, lo mismo sucede con la derecha / izquierda.  Lo diestro se relaciona con lo correcto, lo justo, lo armonioso, lo purificado, lo aceptado. Por el contrario, lo siniestro es lo malo, lo corrompido, lo torcido, lo desequilibrado, lo sucio, lo escondido. Ya verá entonces que también ser mujer era terrible, porque representa lo opuesto al hombre. La mujer es el lado siniestro del gran creador, lo pasivo, lo irracional, lo prohibido. Lo mutilado. 

En este contexto, a los hombres no les iba muy bien en tiempos antiguos al mostrar que eran zurdos, ya se imaginará como nos iba a nosotras; tachadas de brujas, amantes del diablo, adoradoras del demonio, y peor tantito, si esa mujer sabía leer y escribir debía ser condenada a la hoguera en leña verde.  

Desde esos tiempos cristianos que empezaron con la caída de Constantinopla, el zurdo y la zurda han padecido estigmas sociales que, si bien algunos mitos han caído gracias al conocimiento y a dejar afuera ideas terraplanistas, queda aún ese paradigma de lo chueco. La de veces que me dijeron que estaba torcida, descarriada o al revesada. Cuando eres niño, esas palabras duelen. Quienes me las dijeron fueron profesoras que no paraban de regañarme por no poder utilizar correctamente unas tijeras o por escribir lento ya que me hacían sentar con un niño diestro y ambos chocábamos con el codo. 

Representación del bien a la derecha y el mal a la izquierda.

TODO LO DEMÁS 

El mundo y su naturaleza es diestra, siniestra y ambidiestra. No sólo los humanos tenemos estas dominancias, también algunos mamíferos como gatos, perros, caballos, ciervos y un montón de animales más. Las plantas no son la excepción, hay enredaderas como la madreselva que se tuercen sobre la izquierda y las hay, también, las que se tuercen por ambos lados. Algo muy típico que escuchamos las personas zurdas y no me dejarán mentir, es que cuando alguien nos detecta la siniestralidad, de inmediato nos dice: -Eres zurdo. De seguro eres muy listo con las matemáticas. Yo soy ambidiestro, escribo con la derecha, pero pateo el balón con el pie izquierdo. 

Zurdos de todo el mundo, dígname quién no ha escuchado esa cantaleta una y otra vez. ¿Qué pasa con esto? Aquí va la verdad, queridos diestros. Sí, es probable que seas ambidiestro, sin embargo, es mucho más probable que un zurdo lo sea más que tú. A eso se le llama dominancia cruzada y nos pasa más a nosotros. ¿Por qué? La mayoría de los siniestros tenemos problemas para ubicar la izquierda y la derecha de manera automática. Sí, lo sé, es tonto, pero así es. De igual manera, identificar de repente adentro o afuera o bien, tejer, hacer nudos o seguir ciertas indicaciones que tienen que ver con mapas puede resultar un tantito retador. Y no, créanme que no es torpeza o descuido, es una cuestión de bilateralidad.  

Las personas zurdas, en su mayoría, tenemos una simetría cerebral 50/50, lo que indica que no ponderamos la relación de allá o aquí porque nos parece lo mismo. Los diestros, por otro lado, poseen una estructura asimétrica que les permite diferenciar con mayor facilidad dichas coordenadas. Lo ambidiestro no tiene que ver con el uso de las dos manos, pues todos las usamos; la mano dominante y la mano base. Lo mismo sucede con los ojos, los pies, etc. La ambidiestralidad se refiere al uso simétrico de los hemisferios, que más que generar orden, desata confusión porque visualmente no lo detectamos. Aquellos que usan con excelencia todo su cuerpo pudiendo pintar con las dos manos son genios, ahí ya entra otra categoría cognitiva.  

Quiero aclarar que lo que comparto sobre la zurdera son solo pautas que se han llevado a cabo de estudiar casos. No significa que todos los zurdos sean desubicados con la izquierda o derecha o que todos los diestros sean unos másteres en el pensamiento racional.  

Mamíferos y plantas tienen dominancia heredada de izquierda o derecha y, algunas, son ambidiestras.

QUÉ TOCA HACER 

Hace unos días tomé un curso básico de encuadernación. No creí que reviviría mis trágicos años de primaria. Había que coser las hojas y el maestro explicaba desde su diestredad y yo, desde mi zurdera y efecto espejo, no más no lo lograba entenderle. De repente sentí las miradas de mis compañeritas cuarentonas que me juzgaban por atrasar la clase al no lograr hacer el nudo de cabezal. Me dieron unas ganas tremendas de salir corriendo y botarlo todo como cuando chica, pero no lo hice, me porté como una adulta. Intenté explicar lo que me pasaba, a nadie le interesó, pero ni modo, el profe tuvo que explicarme de nuevo desde la perspectiva izquierda y vaya que le costó trabajo.  

Los zurdos hemos estado muy callados con todo esto del tema de la inclusión y el apoyo a las diversidades. Creo que deberíamos alzar la voz y hacer que aquellas generaciones que vienen detrás de nosotros tengan más espacios diseñados para sus necesidades. Exigir que en las escuelas haya mobiliario para personas no diestras. Que los profesores sepan cómo acompañar a un estudiante que piensa, aprende y crea con el lado derecho del cerebro y no solo con el izquierdo. 

Contrario a lo que se cree, un niño zurdo está en desventaja en materias abstractas como matemáticas y ciencias y, en cuanto a temas de escritura, hará un esfuerzo mayor ya que, a diferencia de un niño diestro, no se le enseña a tomar el lápiz o a corregir la forma en la que tiene que colocar el cuaderno. En la mayoría de las escuelas, a los niños zurdos sí, se les permite usar su mano dominante, pero no se les enseña a usarla. Sino sólo mire cómo escriben los zurdos que conoce. Cada uno encontramos una posición personal e independiente para colocar el cuaderno y la mano. No es de extrañar que tengamos una letra fea e incluso ilegible.  

Ya lo sabe, querido lector imaginario, si es zurdo o tiene conocidos zurdos, toca ocuparnos un poco de este lado de la dominancia. Equilibrar sin competir. Hacer objetos cotidianos y que no cuesten mucho dinero, pues no son un lujo, como las tijeras, las reglas, el abrelatas, el sacapuntas, relojes de pulsera, cuadernos, bolígrafos, pupitres y teclados para esa población que en silencio se ha adaptado desde hace más de tres mil quinientos años o, simplemente, no dar por hecho que todo el mundo tiene una misma realidad. No sólo se trata de los derechos humanos, también de nosotros, los izquierdos humanos.  

Ned Flanders de los Simpson como representante del poder zurdo.

SOBRE LA AUTORA 

Raquel Peisekovicius es licenciada en Pedagogía por la Universidad Autónoma de México (UNAM). Maestra de lengua hebrea con experiencia en todos los niveles de aprendizaje. Ha hecho estudios específicos sobre la lateralidad y ha trabajado experimentalmente con niños zurdos en numerosas escuelas de la república mexicana logrando obtener información sobre esta condición que está a la vista de todos, pero se apoya muy poco.  

La autora Raquel Peisekovicius. Sus redes sociales no están actualizadas.

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